Odontología estética: La contribución del espectrofotómetro Rayplicker

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Dr Edouard Lanoiselée

Francia

¿Cómo se puede optimizar el tratamiento de un paciente? ¿Cómo se puede aumentar la velocidad y la eficacia sin sacrificar la calidad?

Estas preguntas están constantemente presentes en nuestras prácticas. Nuestros pacientes son cada vez más exigentes en cuanto a los resultados estéticos y funcionales, pero el tiempo que pueden dedicar al tratamiento es cada vez menor. Ahora disponemos de muchos equipos que permiten esta optimización.


Muchas de estas herramientas son digitales y nos permiten digitalizar nuestros pacientes para transferir un máximo de información al laboratorio protésico. Esta información puede entonces ser clasificada y racionalizada para ser tratada en el laboratorio por las personas competentes en el campo específico correspondiente (modelado, ceramización, etc…).


En esta búsqueda de la centralización de la información, el color es un campo complejo que requiere grandes recursos en términos de información. Esta última se evalúa generalmente en la silla con una lectura por comparación con una o varias barras de referencia. Esta medición está influenciada por muchos parámetros y puede verse fuertemente perturbada por las interferencias del entorno, lo que la hace especialmente subjetiva (luminosidad de la sala, colores brillantes de un pintalabios, etc.) [1], [2].

Hoy en día, la fotografía dental se considera un medio excelente para transmitir la información de color. Requiere la presencia de una barra de color como índice de referencia para que el protésico dental pueda objetivar el máximo de informaciones. Sin embargo, el trabajo con la fotografía dental aumenta el tiempo de trabajo, ya que es el protésico dental el que debe cartografiar los datos obtenidos de las fotografías. Las cámaras también son sensibles a las variaciones de tono en función de las temperaturas de color predeterminadas por la cámara, lo que puede inducir a error en la encuesta [3]. Para contrarrestar este problema, los espectrofotómetros son actualmente las mejores herramientas para objetivar un resultado. Funcionan emitiendo una luz calibrada que, según el reflejo registrado, permite una lectura del color. Esta lectura está libre de elementos ambientales que puedan distorsionarla (pintalabios, ropa de color, luces inadecuadas, etc.) [4], [5].


Algunos modelos permiten crear una foto con un mapeo del diente, lo que permite guiar el protésico de forma más eficiente en la creación de la pieza protésica. La ficha se graba en el programa informático y puede procesarse y archivarse en un expediente de paciente. El Rayplicker (Borea) es un dispositivo que permite todas sus adquisiciones e intercambios con el laboratorio protésico. La ficha del laboratorio puede enviarse a través de un portal seguro y ser reprocesado por el laboratorio protésico. Este flujo también permite al laboratorio validar la consulta de la ficha para seguir la evolución del tratamiento en la consulta. La mayoría de las guías de colores del mercado están referenciadas, lo que facilita el trabajo al laboratorio.

Caso clinico del Dr Lanoiselée

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